Solemos pensar en los dildos como un invento moderno, algo novedoso y rompedor que viene de la mano de la libertad que la mujer por fin ha conseguido a lo largo del siglo pasado. Pero, nada más lejos de la realidad.


Lo cierto es que en cada civilización existente a lo largo de la historia ha habido un tipo de herramienta que todos han tenido “muy a mano”.


Muchos arqueólogos se han devanado los sesos buscando una utilidad a estos objetos que no sea de carácter sexual, pero todas las características de los objetos, desde su construcción lisa y pulida (de limolita, tiza o hueso), hasta los detalles más mínimos como la caracterización con piercings o tatuajes, indican a que su uso es el más obvio: darse placer. ¡Para que dar tantas vueltas a algo tan obvio!


Se han encontrado objetos de estas características que datan de la edad de piedra, y están fabricados, lógicamente, en piedra.


En la antigua Grecia y la Roma Imperial también era común el uso y disfrute de dildos fabricados en los más inverosímiles materiales, sin ir más lejos, los griegos solían “jugar” con dildos hechos de pan.


Pero es que además a miles de kilómetros de distancia, en la China gobernada por la dinastía Han (206 aC – 220 dC)  conocida por su riqueza,  solía acompañar sus tumbas con objetos refinados y valiosos en los que se incluyen delicados dildos construidos en bronce. Para mantener el mismo nivel de vida, en el otro mundo. Lo dicho, el dildo y la humanidad han sido uña y carne desde que se tienen registros.


¿Tendrían las antiguas civilizaciones sus mayoristas de artículos eróticos?


¿Habría artesanos reconocidos por la calidad de sus creaciones o lo original de sus diseños?


¿Cuales serian los materiales preferidos por los usuarios?


Continuara…